Entre 12% y 14% de los venezolanos están recibiendo remesas de algún familiar que se encuentra en el exterior, señaló Luis Maturén, presidente de la encuestadora Datos

En Caracas trabajaba como motorizado, pero tantas horas de carreras de un lado a otro solo le alcanzaban para comer un poquito de arroz con yuca. El parto complicado de su hermana (que condujo a una hospitalización de varias semanas y al desangre de la compra de medicamentos) y el nacimiento de una bebé (que necesita pañales) precipitaron su decisión de marcharse. Ya está en Perú, y el único motivo de su migración es enviar dinero a su familia que permanece en Venezuela.

Esta historia, verdadera, se repite cada vez más. Entre 12% y 14% de los venezolanos están recibiendo remesas de algún familiar que se encuentra en el exterior, señaló Luis Maturén, presidente de la encuestadora Datos, y “la mitad dice que lo recibe mensualmente”.

Estas cifras fueron presentadas este jueves 1 de marzo durante el seminario Perspectivas Venamcham 2018, celebrado en Caracas.


Marcharse para que algunos vivan en dólares

Según Datos, “cuatro de cada 10 venezolanos están pensando irse del país”, empujados en buena medida por la necesidad de garantizar a sus familias un ingreso en moneda dura.

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El crecimiento de las remesas va a ser muy importante para la economía venezolana en el futuro cercano. Pero en el presente, en el aquí y el ahora, marca la distancia entre dos venezuelas: la que vive en dólares y la que subsiste en bolívares.

“Venezuela está dividida en dos: las personas que reciben dólares viven muy diferente de quienes no reciben dólares”, explica Maturén. “Para las personas que reciben dólares su problema es conseguir los productos; es el desabastecimiento su principal problema. Cuando una familia empieza a recibir 60, 70 o 100 dólares al mes su situación cambia mucho, y eso motiva a muchas familias para que por lo menos un miembro de su familia se marche”.

La diferencia entre tener o no dólares en esta Venezuela “es muy importante”, y por eso “vemos que la diáspora está aumentando”, refirió.


Al sur y por carretera

La primera oleada migratoria, de mayor nivel socioeconómico, se marchó por avión a Estados Unidos y Europa hace tres o cuatro años atrás, comentó el encuestador en conversación con Contrapunto. La oleada del presente, la de los estratos socioeconómicos C y D, es la que ahora se marcha al sur por carretera; a naciones como Perú y Chile.

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“Antes la gente se podía ir por inseguridad. Ahora se va porque es la forma de que puedan sobrevivir quienes se quedan en el país”, subrayó.

-¿Los artículos de lujo quién los está comprando?

-Los que tienen dólares. Hay un porcentaje muy pequeño cuyo sueldo ya viene una parte en dólares. Hay otro pequeño grupo que tiene reservas afuera y le es conveniente estar aquí porque le rinden mucho más esas reservas. Y hay un grupo cada vez mayor que está recibiendo cada mes unos dólares y empieza a tener un desahogo, porque 100 dólares se convierten al cambio en 18 millones de bolívares. Nadie en el grupo familiar gana ese sueldo. Por eso, para ellos, su problema es conseguir los productos.


Menos dinero para la higiene personal y para ropa y calzado

Dos son los problemas que reportan los venezolanos, según las cifras más recientes de Datos: alto costo de la vida y desabastecimiento.

“95% de las personas nos dicen que pueden comprar mucho menos de lo que necesitan, y están muy enfocadas en la alimentación”, detalló Luis Maturén. En términos simples, solo compran comida. Apenas 1% o 2% de la población consume en restaurantes y compra lo que quiere.

La crisis obliga a la gran mayoría de los venezolanos a prescindir de “cosas que eran prioridad”: han dejado de comprar productos de higiene personal, que eran muy importantes, y dicen “que van a sacrificar ropa y calzado”. También van a renunciar al consumo fuera del hogar y al entretenimiento.

“Eso es estar en el nivel más básico de la pirámide”, enfatiza, y dedicarse solo a sobrevivir. “Las personas dicen que van a dejar de consumir productos de esparcimiento y desahogo”, por lo cual “la presión aumenta, aumenta la diáspora”.

Para 2018 el cuadro no parece cambiar; por el contrario, puntualizó Maturén, lo que se puede esperar es un incremento de la migración de personas “buscando poder proveer de remesas a su familia”.


http://contrapunto.com/noticia/venezolanos-tambien-estan-migrando-para-enviar-remesas-a-sus-familiares-que-se-quedan-189120