La internacionalista Giovanna de Michele y el especialista en Derecho Internacional, Emilio Figueredo, coincidieron en que la "movida de mata" de Venezuela en la ONU reveló que su gobierno dejó de mostrarse como un cuerpo integrado, por lo que "las diferencias comenzaron a aflorar"/ Foto: EFE


La internacionalista Giovanna de Michele y el especialista en Derecho Internacional, Emilio Figueredo, coincidieron en que la “movida de mata” del Gobierno de Venezuela en su representación ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), revela a la comunidad internacional las luchas internas que hay dentro del propio gobierno, lo cual debilita su imagen y aumenta el clima de inestabilidad que se percibe de la presidencia de Nicolás Maduro.

Durante una entrevista con César Miguel Rondón difundida por el Circuito Éxitos, De Michele apuntó que la administración de Maduro “dejó de mostrarse como un gobierno monolítico, un cuerpo integrado”, por lo tanto, “las diferencias comenzaron a aflorar.”

La también profesora universitaria detalló que algunos dentro del gobierno “están utilizando el esquema ideológico y emocional del chavismo puro y la revolución para desmarcarse del gobierno de Maduro y de escudarse, quizás, de lo mal que pudieran salir en esta lucha.”

Emilio Figueredo, editor de Analítica.com, indicó que este cambio, desde la perspectiva de la ONU, “no va a cambiar en nada la situación interna en Venezuela”, puesto que “al nombrar a Samuel Moncada lo que cambia es el estilo de los representantes; Ramírez es un hombre que, por actitud, es pausado, de hablar suave, que debe haber establecido un nivel de relaciones importantes con sus pares. Por el contrario, la actitud polémica y la intervención agreste de Moncada en la OEA, así como su corta duración como canciller, no creo que ayude mucho, menos en las Naciones Unidas que es el reino de la diplomacia per se, las buenas maneras y las interrelaciones personales.”

Sin embargo, De Michele destacó el impacto que ejerce a nivel internacional el cambio de embajador, precisamente “por la manera como se da el cambio, incluso por la circunstancias por las cuales se da el cambio.”

Lo que se esta viendo a nivel internacional es cómo el gobierno de Nicolás Maduro se empieza a desmoronar. Su gobierno esta perdiendo fuerza, no solo por las críticas que se hacen desde afuera, sino por las luchas internas que hay dentro del propio gobierno, y eso contribuye a debilitar aun más su imagen y a incrementar la sensación de inestabilidad que se percibe en el mundo con su gobierno.
Figueredo agregó que aunque en la actualidad es muy difícil que la comunidad internacional se integre y tome medidas particulares con respecto a un Estado, este cambio de Rafael Ramírez por Samuel Moncada en la ONU “agudiza la impaciencia de los actores internacionales frente a las destemplanzas del Gobierno en torno a la búsqueda de soluciones y reinstitucionalización del país.”


No es un diálogo, es una negociación
Figueredo hizo énfasis en los esfuerzos vanos de Nicolás Maduro en un llamado a diálogo cuando “ya no hay nada que dialogar (sino que) hay que negociar”.

En este sentido, ejemplifica que cuando los representantes del Gobierno insisten en llamar “diálogos” a estas conversaciones que se llevan a cabo en Santo Domingo, el presidente de República Dominicana, Danilo Medina, sale al paso y dice: “aquí no hay diálogo, este es el inicio de una negociación”.

Hace tres años era un diálogo. Ahora está empezando la negociación.
El exembajador Figueredo, quién también ha participado en estos procesos, manifestó su satisfacción con la delegación que acompañó a la parte opositora que están en la mesa por ser “nutrida y variada”, así como por la presencia de personajes expertos en negociación, como Ramón Gustavo Velásquez, ya que “eso implica la aplicación de una metodología, que es primordial en un proceso de negociación. Noto a la oposición mas organizada en ese sentido.”

Por esta razón, Figueredo destacó la importancia de que la gente sepa que la negociación es un proceso sistémico en los que no consigue resultados en una sola reunión, sino que es una cadena de hechos que va llevando a las partes a llegar a acuerdos en el tiempo.

A pesar de todos los avances destacados, De Michele ve una complicación en el proceso: “hasta que no se defina un objetivo común va a ser muy difícil que la negociación pueda avanzar.”


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