Poco a poco los productos importados se apoderan de los anaqueles en comercios venezolanos, siendo parte de lo que se puede adquirir en el país para el consumo diario. Los medicamentos traídos de Portugal y Argentina son parte de ello, los mismo ya se dejan ver en grandes cadenas de farmacias donde se consiguen a precios elevados y para los que se debe reunir un sueldo mínimo -o más- para adquirir una caja de pastillas.

En establecimientos de ventas de productos para la higiene personal y medicamentos como las grandes cadenas de farmacias se consiguen los antihipertensivos como Losartán y Candesartán en Bs. 30 mil y hasta en Bs. 38 mil 500; hay farmacias en las que estos productos tienen el “precio viejo”, pero hay que tener suerte para dar con ellos.

Los mencionados fármacos -que varían de costo según los miligramos- son consumidos normalmente por personas de la tercera edad, quienes no cuentan con recursos suficientes para adquirirlos; por ejemplo, un pensionado que percibe mensualmente Bs 40.680 (salario mínimo desde febrero pasado) debe elegir entre comer o medicarse, pues no goza del bono de alimentación (ubicado en 108 mil desde el 1 de marzo).

El precio de los anticonceptivos también da ganar de llorar. La Femexil que puede costar entre Bs. 22 mil y 23mil, y la Lobelle que va desde Bs. 41 mil hasta 43 mil la caja. Estos medicamentos tenían un costo regulado de hasta Bs. 10 mil, lo que indica que los están comercializando hasta 330% más caros.

Esa “nueva tendencia” de productos importados ya tiene, al menos, un mes en las cadenas de farmacias de Caracas, lo que obliga a los clientes a comprarlas caras, cambiar el tratamiento o dejarlo.

En algunas sucursales de la cadena privada Locatel venden medicamentos a estos precios, según algunos clientes consultados. Sin embargo, los trabajadores aseguran que “por ahora” solo venden los regulados. “Sí se espera que lleguen ciertos medicamentos importados y con precios nuevos pero no sabemos cuándo ni cuánto costarán”, aseguró una vendedora.


Buscan opciones

Los más afectados son los consumidores de estas medicinas, los abuelos ahora tendrán que ingeniárselas para adquirir su tratamiento. “Mi hijo me ayuda pero ahora será más difícil pagar las pastillas para la tensión; aunque, si se consiguen, uno hace el sacrificio de pagarlas”, dijo Beatriz Suárez, persona de la tercera edad.

Por su parte, Carlos Morales, afirmó que él va a “seguir buscando las baratas para tratar de no gastar toda la pensión y más en una sola caja de pastillas. Cuando las reguladas se desparezcan me tocará comprar las costosas”.

En las mismas condiciones están las mujeres que se cuidan con anticonceptivas. Algunas prefieren pagar el costo porque “es más barato que tener un hijo ahora con la situación país. Me cuido más que antes porque no tengo cómo mantener un chamo, prefiero que hayan pastillas así sean caras”, destacó Ana Carolina Guzmán.

Recorrido de farmacias

En las mismas condiciones está Paola Ordóñez, quien aseguró que va a tener que cambiar de tratamiento. “Voy a usar unas pastillas más económicas” destacó. Asimismo, la joven Aymara Velázquez contó que desde hace un año está inyectándose el anticonceptivo, el mismo debe colocárselo cada tres meses e invierte Bs. 2.200 cada vez que le toca y, a pesar de que puede aumentar, asegura que siempre ha sido más económico que tratarse con las píldoras.


Antibióticos se unen a la lista de costosos


Los antibióticos no se quedaron atrás y también aparecieron con precios elevados; por ejemplo, el Ciprofloxacina pasó deBs. 3 mil a Bs. 23 mil; el Vencetacil ahora cuesta Bs. 21 mil; y la Claritromicina tiene un valor de Bs. 45 mil. Estos productos no han llegado a los comercios pequeños como farmacias que no sean franquicias, debido a que “no les alcanza” para comprar los importados y que quedan “con lo que hay”, según comentó el encargado de una droguería.

“Sí he escuchado que los venden caro, pero es en Farmatodo y Locatel, nosotros como comerciantes pequeños no tenemos cómo comprar esos medicamentos tan costosos”, dijo Alberto Mendoza, dueño de una farmacia.

Continúan escasos. Desde hace no menos de seis meses los anticonceptivos regulados y medicamentos para la diabetes como el Glucofage, Eglucon, Metformina y Glafornil no se consiguen en las droguerías pequeñas, lo mismo ocurre con los desparasitantes para adultos y pediátricos, colirio y lágrimas artificiales. Asimismo, los antihipertensivos como Alodipina y Norvas no se ven en el mercado, al igual que los tratamientos para nebulizar.


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