La Brexit ha sido un ataque mortal contra la Unión Europea y ha puesto en el tapete temas incómodos para un sector de los políticos europeos.
LEDA PIÑERO
2017 será un año difícil para la Unión Europea (UE). Desde que se celebrara el referendo británico que terminó dando luz verde a los euroescépticos para sacar a Reino Unido del bloque, los presagios sobre su futuro están llenos de sombras. Más tarde, el triunfo de Donald Trump en EEUU acabó por poner la nota de incertidumbre que faltaba, al tiempo que la crisis de refugiados y el terrorismo no dan respiro a los defensores de la Unión. No en balde, la canciller alemana, Angela Merkel, no dudó en anunciar en noviembre que se presentará a un cuarto mandato.
El resultado del referendo británico fue un ataque mortal para la UE y puso en el tapete temas incómodos para un sector de los políticos europeos: instituciones, nacionalismo, inmigración, fronteras y soberanía. Al parecer, para muchos ciudadanos europeos conceptos tales como supranacional, globalización, fronteras abiertas o mercados abiertos no son amigables. Y mientras los líderes no han terminado de encontrar la respuesta a lo que está pasando, los partidos populistas de extrema derecha aprovechan la crisis y son cada vez más visibles.
Varias elecciones se celebrarán en 2017 en Europa, en las que, sin duda, estos temas jugarán una importancia tremenda.
“Lo más peligroso para Europa son las elecciones presidenciales francesas”, señaló Stefan Lehne, investigador del Centro de Estudios Carnegie Europe.
La agenda comenzará el 15 de marzo con las elecciones generales en Holanda, donde el Partido de la Libertad del populista Geert Wilders encabeza las encuestas. A principios de diciembre, varios sondeos mostraban que el Partido de la Libertad obtendría entre 29 y 33 escaños de los 150 del Parlamento holandés, según reseñaba el diario El País. Wilders y su formación superarían a los integrantes de la coalición gobernante: los liberales de derecha y los socialdemócratas. Wilders fue declarado culpable recientemente de haber insultado a un grupo de marroquíes en 2014 y de discriminación racial, aunque no se le dictó ninguna condena. Posterior a eso, el apoyo a su propuesta sigue tomando auge.
La siguiente cita electoral será la de Francia entre abril y mayo. En medio de la ruptura que vive la izquierda francesa, el candidato de derecha, François Fillon, es por el momento quien luce como el único capaz de dejar en el terreno a la líder del ultraderechista Frente Nacional (FN), Marine Le Pen, a quien las encuestas ubican disputándose la Presidencia gala en la segunda vuelta comicial contra Fillon.
A pesar de que los analistas afirman que lo más probable es que gane Fillon, Le Pen y su partido llevan ya unos cuantos años sumándose adeptos en Francia y en las elecciones regionales de 2015 el FN fue la fuerza política más votada, aunque eso en Francia no es suficiente para ganar la Presidencia, tal y como se vio en esa oportunidad.
Francia ha estado fuertemente golpeada por el terrorismo yihadista en los últimos años. Desde el ataque al semanario Charlie Hebdo, en enero de 2015, hasta el atentado en Niza con el camión que arrolló a cientos de personas el día de la Fiesta Nacional en julio pasado, el tema de la seguridad ha estado presente en la agenda del Gobierno y en la vida cotidiana de todos los franceses. Algo de lo que Le Pen se ha aprovechado. Además, la amenaza terrorista no solo afecta a Francia sino a toda Europa occidental, como se vio en el reciente atentado en un mercado en Berlín. Ello hace encender las alarmas respecto a la fuerza que puedan tomar los populistas.
“Lo más peligroso para Europa son las elecciones presidenciales francesas”, señaló Stefan Lehne, investigador del Centro de Estudios Carnegie Europe, reseñó DPA. “Si realmente se elige a Le Pen y ella impulsa la salida del país del euro, eso sería un disparo mortal para la Unión Europea”, agregó.
El descalabro de la izquierda y los resultados de recientes elecciones en Europa hacen temer también que ya no se trate del advenimiento de ciclos de izquierda o derecha, sino de una crisis de mayor magnitud en la que está en duda la legitimidad de las élites políticas y del llamado establishment, tal y como pasó en EEUU con el triunfo de Donald Trump.
“Los grandes partidos tradicionales de las dos grandes corrientes ideológicas están cayendo y los que están subiendo son los movimientos populistas o outsiders, los antipolítica, y esto está pasando en Francia porque el partido que más votos ha ganado en los últimos cuatro años es el Frente Nacional… y es lo mismo que está pasando en Alemania, Polonia, en Hungría, es lo que está pasando hasta en los Países Bajos… Son partidos que necesariamente no tienen que ser de izquierda o derecha, están subiendo los Verdes, por ejemplo, con lo que pasó en Austria, son movimientos que están fuera del establishment y es allí donde está el factor preocupante”, apuntaba a El País Dori Toribio, corresponsal española en Washington.
“El año electoral 2017 será al mismo tiempo un año en el que se decidirá cómo de grande es la tolerancia de los alemanes con la política de refugiados de Merkel”, afirmaba el semanario alemán Der Spiegel
El otro evento electoral de envergadura serán las elecciones alemanas, que se celebrarán en el segundo semestre de 2017. La canciller Merkel ha adelantado que serán los comicios “más difíciles” que haya tenido el país desde la reunificación.
“El año electoral 2017 será al mismo tiempo un año en el que se decidirá cómo de grande es la tolerancia de los alemanes con la política de refugiados de Merkel”, afirmaba el semanario alemán Der Spiegel, citó DPA.
Y está en lo cierto. La política abierta hacia la inmigración y la acogida de refugiados le pasó factura a la canciller en las regionales de 2016, en las que el partido populista de derecha Alternativa para Alemania (AfD) consiguió meterse en diez de los 16 parlamentos.
Merkel llega a 2017 con el peso del ataque en el mercado navideño de Berlín, mientras sortea los ataques de los populistas.
“¿Cuándo devolverá el golpe el Estado alemán? ¿Cuándo acabará finalmente esta maldita hipocresía? Son los muertos de Merkel”, escribió un líder regional de AfD en Twitter, tras el atentado en el bazar de Navidad en la capital alemana.
El efecto de la crisis de refugiados ha expandido el sentimiento antieuropeo hacia Alemania. Un sondeo del Instituto TNS Infratest Politikforschung reveló que 42% de los alemanes le gustaría que se realice un referendo sobre si el país debe seguir o no en la UE. El mismo sondeo reflejó, además, que 62 % de los encuestados no ve a la Unión Europea como el camino correcto a seguir.
Sin duda vienen tiempos duros para la UE. Desde 2014 varios partidos euroescépticos han entrado en la Eurocámara y hoy día ocupan 174 escaños del total de 751, según Nicolai von Ondarza de la Fundación Wissenschaft und Politik, reseñó DPA.
En siete de las 16 elecciones a nivel nacional celebradas en los dos últimos años los euroescépticos han ganado terreno, tal como se vio en Dinamarca, Estonia, Reino Unido, Letonia, Polinia, Suecia y Eslovaquia. En siete de los 28 países que integran el bloque gobiernan partidos euroescépticos.
Ante eso, los defensores del sueño europeo advierten: “el mayor peligro es una Europa regresiva y no liberal en la que los valores, principios y orientaciones de los últimos sesenta años salten por los aires ante la creciente polarización de las sociedades y la crisis de seguridad”, decía hace unos días Janis Emmanoulidis, del European Policy Center, citó El País.
http://www.eluniversal.com/noticias/internacional/populismo-terrorismo-refugiados-tensaran-elecciones-europa-2017_633236
