Los servicios a domicilio durante muchos años fueron mal pagados, obligando al venezolanos a prepararse y adentrarse a las filas de los profesionales empleados, pues era la única manera que tenían para poder mantenerse a diario.

Actualmente eso ha cambiado de manera radical, pues para nadie es un secreto que las personas pertenecientes a la economía informal ganan muchísimo más que las que están preparados profesionalmente. A pesar de todos los beneficios que obtienen los trabajadores de la administración pública o privada, la creciente inflación pega más en ese bolsillo, que en el que cobra su día de trabajo a conveniencia y sube sus costos cada que lo necesite.

Un empleado que sólo es TSU va desde bs. 25.763,85 hasta bs. 51.527,70, entre bs. 850 y bs. 1717 el día de trabajo. Un profesional universitario recibe al mes, entre bs. 27.778,96 y bs. 55.557,92, o sea bs.925 y bs. 1.800 por día trabajado.

La otra cara de la moneda muestra otra realidad, un Ténico en electricidad gana por un trabajo sencillo bs. 11 mil, mientras que un plomero cobra entre bs. 6 mil y bs. 9 mil. De la misma forma, un cerrajero puede ganar desde bs. 6.500 hasta bs. 120 mil. La crisis ha llevado a estos trabajadores a subir sus precios tres veces en lo que va de año y aseguran tener que hacerlo una vez más.

El “quince y último” se hace cada vez menos atractivo por la galopante inflación que padece el país


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