ANKARA.- Turquía envió más tanques al interior de territorio sirio en el norte y dio a las fuerzas curdas sirias una semana para que reduzcan su presencia cerca de la frontera turca, un día después de que Ankara lanzara un incursión con apoyo estadounidense en la que cruzó la demarcación entre ambos países para establecer una zona libre del grupo Estado Islámico y de rebeldes curdos.

Los insurgentes sirios apoyados por Turquía y los combatientes curdos respaldados por Estados Unidos escenificaron escaramuzas, lo que aumentó la posibilidad de una confrontación frontal entre ambos aliados estadounidenses, que si ocurriera pondría en peligro la lucha contra el grupo Estado Islámico en una zona muy volátil.

La incursión del miércoles de Turquía para capturar la localidad de Yarabulus constituye un dramático incremento de la participación de ese país en la guerra de Siria y coloca a otra potencia militar extranjera en un conflicto de antemano complicado.

Sin embargo, el objetivo de Ankara fue más allá de combatir a los extremistas. Ankara también pretende contener la expansión de los curdos en Siria, que han utilizado la lucha contra el EI y el caos en la guerra civil en ese país para capturar una franja de territorio a lo largo de la frontera norte cerca de Turquía.

Por encima de todo, Ankara busca evitar que las fuerzas curdas enlacen sus baluartes a lo largo de la frontera. Estados Unidos ha apoyado a Turquía, su aliada en la OTAN, y emitió una severa advertencia a los curdos sirios de los que ha sido socio en la lucha contra el EI al pedirles que permanezcan al este del río Éufrates. El río cruza de Turquía a Siria en Yarabulus.


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