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Ante la polémica sobre si quedó activado el instrumento de la OEA que busca preservar la institucionalidad del país, El Tiempo consultó a un grupo de internacionalistas
José Luis Carrillo
Caracas.- El tema Venezuela es un caso atípico en la tradición de las discusiones sobre la aplicación de la Carta Democrática Interamericana, instrumento jurídico de la Organización de Estados Americanos OEA (OEA) vigente desde hace 15 años, que busca preservar la institucionalidad de las naciones que lo integran.
Tanto la oposición como el Gobierno se atribuyen una victoria luego de la sesión del Consejo Permanente realizada el 23 de junio, acusando a la otra parte de haber salido derrotada, y discrepan en cuanto a si quedó activado o no el mecanismo de la Carta, cuyas consecuencias van desde acciones de mediación diplomática, hasta la salida del país de la instancia hemisférica.
De un lado, los voceros del Ejecutivo proclaman que el antichavismo fue vencido porque el secretario general del organismo, Luis Almagro, se limitó a presentar un informe cuando había anunciado previamente que solicitaría la activación de la Carta.
Desde la otra acera, la oposición sostiene que obtuvo un triunfo porque el documento se presentó a pesar de las “maniobras” del Gobierno para evitarlo y se habrían iniciado gestiones diplomáticas para tratar de resolver la situación de crisis que vive el país.
El presidente de la Comisión de Política Exterior de la AN, Luis Florido, aseguró que la Carta quedó activada cuando se votó a favor de debatir la “agenda del día” para presentar el informe
El pasado jueves, el responsable de Asuntos Jurídicos de la OEA, Jean Michel Arrighi, explicó que la Carta Demcorática se está aplicando a Venezuela desde que el secretario general presentó su informe. No obstante, rechazó el término “activación” que le “parece más para una bomba que para una norma jurídica”.
Frente a la polémica creada, resulta válido preguntarse cual es el estatus real del instrumento en el caso Venezuela. Desde el punto de vista de las normas , primero resulta necesario convocar a una reunión del Consejo Permanente, donde la mayoría de sus miembros (al menos 18 votos), deberán decidir si existe una “alteración del orden constitucional en el país”.
Sólo en este punto, -de ser afirmativa y de mayoritaria la decisión- se podría hablar de la activación de la Carta. Luego de ello es posible aprobar distintas medidas, como realizar gestiones diplomáticas para promover la normalización de la institucionalidad democrática.
Lo que hace distinto al caso venezolano es que si bien la OEA se ha reunido en otras oportunidades para votar sobre la aplicación del instrumento a una nación bajo alteración grave de su tejido institucional, (Ecuador 2005 y 2010; Bolivia en 2003, 2005 y 2008; Nicaragua en 2004 y 2005 y Perú en 2004), en el caso actual sólo se presentó un informe sobre la situación del país.
En la reunión, los cancilleres de los estados miembros sólo intervinieron para expresar sus puntos de vista y la reunión terminó sin que se produjera una votación.
El internacionalista Félix Arellano aseguró, sin embargo, que se está ante el proceso de activación de la Carta Democrática ya que una vez presentado el informe, según lo que establecen las normas del organismo, se estudia “el país problema”; por lo que es correcto decir que se está en la primera fase de dicho proceso, que contempla acciones como el diálogo, la consulta y la negociación.
“Una vez se hace la presentación se abre el proceso de observación del país, con lo que podrían venir a Venezuela misiones de buenos oficios para buscar una solución”, explicó Arellano.
El analista sostiene que Venezuela se buscó el duro golpe que recibió en el Consejo Permanente al pedir la votación del orden del día porque sufrió el impacto de 20 sufragios contrarios a su posición de que no se presentara el informe.
Por su parte, el presidente del Colegio de Internacionalistas, Juan Francisco Contreras, afirmó que en la OEA se evidenció un cambio en la forma de hacer las cosas, con un fortalecimiento de la institucionalidad y de los mecanismos de actuación del organismo. “Ganó la institucionalidad. Estamos viendo el nacimiento de una forma distinta de manejar las cosas en la OEA, que por años fue una organización prácticamente inútil ya que no se debatían temas importantes de la región”, indicó el analista.
Explicó que lo que estaba planteado en la reunión del Consejo Permanente era la presentación del informe y eso se cumplió. “Yo no lo llamaría derrota sino reafirmación de la institucionalidad”.
No está activada
La internacionalista y profesora de la UCV, Giovanna De Michele, fue enfática al asegurar que la Carta Democrática solo estará “activada” en el momento en que el Consejo Permanente apruebe por mayoría de sus miembros (al menos 18 votos) que hubo una ruptura constitucional en Venezuela y en consecuencia ejerza acciones en el marco del instrumento.
Estima la analista que en efecto la Carta “se está aplicando” en el sentido de que se invocó la misma (por parte del secretario general), y se está desarrollando un proceso que puede llevar a la activación.
En opinión de De Michele “todos quedamos en el aire” porque la reunión del Consejo Permanente terminó sin una votación y la consiguiente toma de medidas. Al respecto, destacó que no se conformó siquiera un mecanismo diplomático, al contrario del que se creó en Unasur con los expresidentes José Luis Rodríguez Zapatero, Leonel Fernández y Martín Torrijos.
“El único que podría atribuirse una victoria es Almagro, al haber presentado su informe”, indicó.
De igual manera, resaltó que Almagro, aunque en su informe no nombró expresamente la palabra “ruptura del orden constitucional”, sí basó su exposición en ello. El secretario general aseguró que en Venezuela “se ha alterado el orden democrático”.
“Aunque no hay un punto de quiebre del que se pueda decir que allí se rompió el orden democrático, hay una concatenación de eventos que hacen deducir que ello se ha producido”, señalo.
Cronología
19 de mayo: Una comisión de la AN, encabezada por el diputado Luis Florido, entregó un informe detallando la situación de Venezuela al secretario general de la OEA, Luis Almagro, para solicitarle la invocación de la Carta Democrática.
31 de mayo: Almagro invoca la Carta Democrática para Venezuela por considerar que la “crisis institucional demanda cambios inmediatos en las acciones del Poder Ejecutivo a riesgo de caer en forma inmediata en una situación de ilegitimidad”.
1 de junio: El tema Venezuela fue abordado en la OEA por primera vez durante reunión del Consejo Permanente (CP). Se hizo un llamado al diálogo y se manifestó respaldo a la gestión de los expresidentes José Luis Rodríguez Zapatero, Leonel Fernández y Omar Torrijos siguiendo una propuesta inicial hecha por Argentina.
10 de junio: Durante una sesión extraordinaria convocada por la presidencia del Consejo Permanente, que ostenta Argentina, esta instancia acordó someter a votación el día 23 de ese mismo mes la aplicación de la Carta Democrática a Venezuela.
23 de junio: Almagro solicita presentar el informe que elaboró sobre Venezuela y ese fue el punto único del orden del día que fue sometido a votación, siendo aprobado por 20 países y rechazado por 12, mientras dos se abstuvieron. El secretario leyó el documento y el Consejo Permanente tomó nota de haberlo recibido.
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