A pesar de las dificultades, la presidenta de Consecomercio expresa la convicción de que más temprano que tarde, la situación en el país cambiará y se volverá a la prosperidad

Caracas.- La presidenta de Consecomercio, Cipriana Ramos, ha sido una crítica acérrima de la conducta seguida por el chavismo durante 17 años, lo que la máxima autoridad gremial califica como “una posición de empresario que ni le corresponde, ni le resulta exitosa”.

Ramos alertó sobre el crecimiento de la pobreza y los desafíos que se le plantea actualmente al sector comercio, por ser el “nervio central de la economía”.

Recientemente llamó al Ejecutivo a sincerarse con la situación de generación eléctrica, exhortándolo a publicar los horarios de racionamiento para evitar daños a los equipos de los comercios.

A pesar de las dificultades, la dirigente manifiesta la convicción de que más temprano que tarde, la situación cambiará y se volverá a apostar a la prosperidad del país.

“Nosotros somos la vitrina en ese circuito productivo. Somos los que más empleo generamos y los que tenemos presencia hasta en el último rincón de nuestra geografía. Por eso somos la columna vertebral de la economía”.

–Pero la crisis ha atrofiado al sector....

–Queremos que el tejido gremial crezca y esa es una meta que hemos ido logrando con las visitas a las regiones, encuentros que nos han permitido mostrar a los agremiados la importancia que tiene la filiación. Estamos llevando un mensaje de esperanza. Nuestro mensaje es de trabajo y organización que nos permita estar alertas, porque en el país se acerca un proceso de desarrollo súbito que nos debe conseguir prestos a colaborar.

–¿No teme que el estallido social que está siendo anunciado desde hace un año pueda desatarse precisamente desde las barras de las panaderías y las vitrinas de los supermercados?

–La tensión crece porque aún no aceptamos que solos, dispersos, no hacemos nada. Tenemos que trabajar de manera conjunta para sacar al país adelante. Tenemos una economía en franco retroceso que toca fondo con asuntos como el tema eléctrico y la falta de agua potable. El 6-D, el país vivió momentos de esperanza porque se pensó que íbamos a tener un Poder Ejecutivo que iba a diseñar políticas junto al Poder Legislativo, pero hoy estamos viendo cómo las cosas resultaron de otra manera. El país lo que reclama es el trabajo de todos, pero lo que observamos es que las preocupaciones crecen ante el surgimiento de peleas intestinas.

–¿Qué tan acelerada es la situación de empobrecimiento?

–Cada día los venezolanos nos empobrecemos más y es mucho más pobre el que tiene menos porque lo que se ha ido perdiendo de manera abismal es el poder adquisitivo. Una empresa también pierde su poder adquisitivo cuando no puede reponer sus inventarios, un trabajador pierde su poder adquisitivo cuando el dinero no le alcanza para llevar alimentos y medicinas a su hogar. Pero además, esta situación inflacionaria impide el ahorro. Ahora mismo una trabajadora está imposibilitada para adquirir electrodomésticos y reza para que los equipos que tiene en su casa no se le dañen.

–¿El retiro de las grandes marcas del mercado permite el fortalecimiento de las Pymes o favorece la informalidad?

–Las crisis propician el surgimiento de Pymes, pero paradójicamente también las pone al borde de la desaparición. Eso no es favorable para ningún país. El hecho de que algunas firmas internacionales se retiren de Venezuela genera desconfianza en el resto de los inversionistas. Vemos productos tradicionales como Galletas Carabobo, que tienen paralizadas sus líneas de producción; más recientemente el caso de Diablitos Underwood, una marca que es requerida por los venezolanos que residen en el exterior por su tradición en el gusto de las generaciones, ahora está en entredicho porque no se sabe qué va a ocurrir con el producto. Esas cosas no benefician ni al trabajador, ni al empresario.

Atraer inversión

–¿Qué soluciones ha planteado Consecomercio?

–Hemos insistido ante el Gobierno en la eliminación de los controles porque actualmente padecemos de controles de cambio, de precios y laboral que nos impide desarrollarnos. Ninguna empresa vendrá al país a invertir si está expuesta a que le declaren una semana como feriada y tenga que pagarle doble a los trabajadores; nadie va a venir a poner dinero para crear capital teniendo una espada de Damocles como el alza del salario mínimo y los cesta tickets, que no pueden ser reflejados en el precio final. Sin definición de una verdadera política económica es imposible atraer inversión, ni extranjera ni nacional.

–La falta de reglas claras parece haber fomentando la informalidad

–Por supuesto que sí. ¿Por qué existe un mercado negro tan profundamente arraigado en este momento y en el que los precios suben diariamente? No hay producción nacional y con la limitadísima importación que existe, lo poco que hay se vende caro en un mercado negro. El Gobierno carece de una verdadera política económica y eso quedó reflejado en el alza de precios de productos como el café y el arroz que se mantuvieron rezagados durante más de diez años y durante todo ese tiempo nunca se tomó en cuenta la estructura de costos para ir haciendo ajustes.

–¿No es paradójico que se mantenga el hostigamiento contra los comerciantes, en medio de las iniciativas del gobierno de estimular la productividad a través de la creación de los motores?

–Lo que pasa es que el gobierno está asumiendo una posición de empresario que no le corresponde y en la que no tiene éxito. Eso lo vemos al analizar una lista de 295 empresas gubernamentales solamente en el sector alimentos que incluyen fabricación, distribución, transporte, cadenas de frío, y no les ha funcionado. Vemos los Bicentenarios cerrados y sus gerentes detenidos como delincuentes. El Estado asume un rol que no le corresponde y lo peor es que no reconoce su fracaso. Estamos trabajando con un Plan de la Patria que es esgrimido como instrumento político que soslaya la Constitución, que es la que nos marca la pauta y la que dice que la iniciativa privada debe ser impulsada por el Gobierno.

–¿Hay algún precedente a la actual crisis?

–Creo que es la peor de la historia. Ahora mismo hay gente que tiene empleo, que tiene ciertos ingresos, pero que acude a los basureros de los mercados municipales en busca de insumos para llevar algo de comida a sus casas. Y no te estoy hablando de pordioseros. Vemos cómo las colas para abastecerse de insumos y artículos de la dieta básica crece de manera exorbitante.

–En estos momentos se le está dando los últimos toques a la agenda de la 46° asamblea anual de Consecomercio ¿Cuál será el espíritu que reinará en el encuentro que llevarán a cabo los días 28 y 29 de abril?

–Queremos llevar un mensaje de esperanza y estamos trabajando con este eslogan: “Compromiso más allá de las dificultades”. Continuamos teniendo dificultades en el país y cada año surgen nuevos problemas que afectan particularmente al sector del comercio y los servicios. Pero seguimos adelante con la firme convicción de que las cosas tienen que cambiar, que volveremos a ser un país próspero en el que todos tengamos oportunidades. Porque las oportunidades son las que hacen al hombre.

De perfil
La presidenta de Consecomercio, Cipriana Ramos, es abogada. Se ha desempeñado como experta aduanera, con formación especializada en gobernabilidad, ciudadanía y desarrollo. Se definde a sí misma como una gremialista y empresaria por convicción y suma más de 20 años de carrera. Nació en La Guaira, estado Vargas y desde muy joven está vinculada a la centenaria Cámara de Comercio de La Guaira. Allí asume el cargo de directora, primero, y luego alcanza la máxima posición al hacerse de la presidencia. Simultáneamente trabaja en el directorio de Fedecamaras Vargas y en Consecomercio, donde fue electa como presidenta en mayo de 2015.

http://eltiempo.com.ve/venezuela/gremio/ninguna-empresa-vendra-al-pais-si-declaran-semanas-feriadas/217208