El tesoro de unas puede estar en el closet de otras. Esa parece ser la premisa para los emprendedores digitales que, desde hace un par de años, han promovido con sus iniciativas la compra y venta de ropa de segunda mano en el país.
La comercialización de ropa previamente usada no es algo nuevo, pero sí es una práctica poco común, gracias al amplio acceso a prendas nuevas y de bajo costo que existe en la mayoría de los países del mundo.
Sin embargo, en Venezuela, la venta de ropa de segunda mano se está volviendo una práctica cada vez más popular debido a la combinación de dos factores: la crisis económica y la aparición de nuevas tecnologías que favorecen la conectividad.
A través de páginas web, redes sociales y blogs, emprendedores del sector ponen a la venta prendas de vestir y accesorios de segunda mano con costos muy inferiores a los que se pagarían por una prenda nueva comprada en un centro comercial o incluso en un mercado. También hay una ganancia para el que vende, quien usualmente se queda con un porcentaje del valor de la prenda.
Ugandi, Caja de Ropa y CloeMode, son sólo algunas de las muchas opciones que tienen los compradores de ropa de segunda mano a su disposición para incrementar el tamaño de su closet sin descapitalizarse. El proceso es estándar, se compra o vende la mercancía (según las indicaciones que cada tienda online disponga) y se hace el envío a través de servicios de mensajería.
“Sin duda alguna la crisis económica ha contribuido”, afirma Nicolás Iragorri, director de Ugandi, tienda online de ropa de segunda mano de alta calidad. Sin embargo, el emprendedor agrega que “la caída de los prejuicios” que ha generado el desarrollo tecnológico es el verdadero motor detrás del auge de la venta de ropa de segunda mano por Internet.
“La gente está abierta a un producto nuevo”, explica Iragorri. “Quién hubiera dicho hace un par de años que uno iba a utilizar una aplicación para contactar a una persona, que no es taxista, para que lo lleve a uno a algún lugar. Y eso se hace ahorita en casi todos los países del mundo”, dice, en referencia a servicios como Uber.
Iragorri, en conjunto con Fernando Martínez, fundaron Ugandi hace un año con el objetivo de formalizar la compra venta de ropa de segunda mano en la web. Su idea nace de la premisa de que las mujeres suelen intercambiar ropa entre ellas de forma natural, por lo que comprar ropa de segunda mano no debería ser un problema.
Aunque su emprendimiento no nació como una alternativa ante los altos costos de las prendas de vestir, sí ha representado una solución a estos. La prenda más costosa que se cotiza en la tienda online actualmente son unos pantalones de Bs. 6.500, mientras que la más económica es un top de Bs. 1.100.
En el caso de los vendedores, quienes entreguen su ropa a consignación recibirán 50% del monto en el que la prenda sea vendida, pero deberán esperar que esto ocurra. Iragorri explica que quienes necesiten el dinero de forma inmediata pueden optar por venderles su ropa en el momento pero la ganancia será menor.
De la red a la realidad
Internet no sólo ha servido para promover los productos y acordar los intercambios. También ha sido útil para agrupar a los comerciantes y organizar pequeños mercados vintage en los que es común encontrar ropa usada y accesorios de segunda mano.
Uno de los más famosos es el Retromercado, que se monta con cierta regularidad en varios puntos de Caracas y tuvo una de sus ediciones este fin de semana en La Castellana. Cerca de 50 personas caminaban entre los tarantines, el sábado al medio día, buscando prendas a buenos precios. La ropa de segunda mano no abundaba, pero estaba presente. Zapatos de tacón, faldas de jean y algunas camisas de niño se escondían entre las prendas de marcas artesanales y diseñadores emergentes.
Por su parte, algunas de las tiendas más conocidas no han dudado en dar el paso ha un espacio físico. Ugandi tiene una tienda en Plaza Las Américas, mientras que Caja de Ropa, con base en Maracay, ha realizado varios eventos en espacios como El Hotel Bermúdez. Y es que la ropa puede ser de segunda mano y la tienda puede ser online, pero para muchas probársela siempre será la mejor parte.
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