Rajoy no descarta suspender la autonomía a Cataluña, aunque ha afirmado que preferiría no tener que hacerlo.
Mariano Rajoy se reunió con líderes de partidos en capacidad de hacer gobierno. Reuters
LUIS MENDOZA | EL UNIVERSAL
Encabezados por el jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy, las distintas formaciones políticas buscan el protagonismo ante el reto secesionista catalán que los encaminen a gobernar, o al menos a alcanzar puestos dentro del Parlamento tras los comicios del 20 de diciembre, con la creación del bloque españolista.
Luego de que el mandatario anunciase que se reuniría con los líderes de las toldas con mayor posibilidad de formar Gobierno en España: Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Pedro Sánchez; Ciudadanos, Albert Rivera; y Podemos, Pablo Iglesias, las formaciones Izquierda Unida (IU) y Unidad, Progreso y Democracia (UPyD) reclamaron a La Moncloa tener participación en las conversaciones españolistas, logrando pautar sus respectivas citas con Rajoy.
Sin embargo, la propuesta del candidato a la presidencia del Gobierno por IU, Alberto Garzón, sobre crear una mesa de diálogo con las principales fuerzas políticas para facilitar una salida al conflicto territorial entre Cataluña y España, luce lejos de hacerse realidad.
"No creo en una mesa de dialogo tal cual, sino en pactos entre los partidos que defienden la unidad territorial del Estado. Es un tema de tremenda trascendencia política sin duda, pero también lo es desde el punto de vista electoral dada la cercanía de los comicios generales. Esa variable va a ser fundamental para entender las posiciones de las distintas toldas en este asunto y las actuaciones resultantes", indica el politólogo español, Fran Delgado.
Según el especialista "mantener una postura firme y de confrontación contra los independentistas es algo que aporta importantes beneficios electorales en el resto de España", por lo que el propio Rajoy trata de "aparecer como presidente de Gobierno y líder de este posicionamiento". Aunque, resalta que no solo el mandatario se ve favorecido con esta posición ya que el resto de los líderes que se reunieron con él necesitaban salir en "esa foto" junto al jefe de Gobierno a pocas semanas de las elecciones generales.
Delgado destaca que este hecho fue "más que evidente" en Sánchez y Rivera, mientras que la postura de Iglesias tras la reunión era para "hacerse visible en un escenario en el que cada vez las encuestas le otorgan menos posibilidades".
No es un golpe de Estado
Los movimientos dentro del parlamento catalán que aspiran a alcanzar la independencia de esa región española fueron denunciados por el vocero y candidato presidencial del UPyD, Andrés Herzog, como un "golpe de Estado" a España, por lo que el aspirante a La Moncloa insiste en la aplicación del artículo 155 de la Constitución que recoge la suspensión de la autonomía.
No obstante, para el especialista las declaraciones de Herzog lucen "subidas de tono". "Para que pongan el foco mediático sobre su partido Herzog ha afirmado una frase contundente, y que desde luego encaja dentro del ideario de su partido en la defensa de España, pero que eleva en exceso el tono hacia unos límites que no creo que se alcancen".
De igual manera, la aplicación del artículo 155, aunque no del todo descartada, parece un recurso que Rajoy no quiere utilizar, hasta que los secesionistas vayan más lejos en sus aspiraciones, para continuar en su estrategia de contraataque preservando la unidad y evitando una sobrerreacción que le pondría como el culpable de echar más leña al fuego independentista.
Delgado considera que de Rajoy verse obligado a recurrir a la suspensión de la autonomía "sería porque el escenario habría cambiado y los independentistas habrían subido el nivel de sus acciones en la escala que los acercaría peligrosamente a la declaración de independencia unilateral y eso sería un fracaso en la gestión del asunto que señalaría directamente" a Rajoy.
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