De los 11 puntos de popularidad que perdió Maduro en el último año, 4,4 se deben a la contracción del gasto público
 

La empresa Ecoanalítica estima que de los 11 puntos porcentuales de popularidad que ha perdido el mandatario nacional en los últimos 12 meses
La campaña electoral que se avecina no se vislumbra nada sencilla para la revolución bolivariana. A la caída estrepitosa de la popularidad del presidente Nicolás Maduro, la crisis económica que azota a los venezolanos, la disminución de los ingresos petroleros, la corrupción y la inseguridad hay que sumarle un elemento que le dificultará al Gobierno nacional la tarea de reconquistar los votos perdidos: la reducción del gasto público que obligará a un ambiente electoral mucho más austero que en procesos anteriores.
 
La empresa Ecoanalítica estima que de los 11 puntos porcentuales de popularidad que ha perdido el mandatario nacional en los últimos 12 meses, alrededor de 4,4 se deben a la contracción del gasto público en el mismo período de tiempo.
 
Esos números contrastan con otro estudio que hizo esta firma, especializada en el análisis del entorno macroeconómico, en el cual observaron que entre 2006 y 2012, los años de mayor bonanza petrolera, la correlación entre el incremento del gasto y el incremento de la popularidad fue de 74 por ciento, es decir, que siete de cada 10 veces que se aumentó el gasto también aumentó la popularidad.
 
Gabriel Villamizar, economista de la organización, recuerda que, incluso, voceros del ejecutivo nacional admitieron en el pasado la importancia de sacar la chequera y llevar a cabo un aumento importante del gasto público en épocas preelectorales. Uno de ellos fue el exministro Jorge Giordani, quien aceptó en una carta que fue crucial para el desafío de las elecciones presidenciales del 7 de octubre un gran sacrificio y un gran esfuerzo económico y financiero, que llevó el gasto público a niveles extremos. A través de ese gasto se mantuvieron, entre otras cosas, subsidios para insumos y servicios de primera necesidad, se subsidiaron importaciones, se destinó dinero a las misiones para mejorar indicadores sociales y se incrementó el tamaño del Estado, generando más empleo.

Pero lamentablemente para el ejecutivo, la bonanza se acabó. A juicio de Villamizar, la campaña del Gobierno va a ser austera porque tiene unos ingresos muy ajustados. Explicó que por cada dólar que cae la cotización del precio promedio del petróleo venezolano, el Gobierno deja de percibir 250 millones de dólares al año. “El incrementar la popularidad a partir del gasto es un modelo que se agotó. La campaña se ve muy cuesta arriba, porque puedes decir que subiste el gasto público, que gastaste 200 en vez de 100, pero lo cierto es que eso no te garantiza que la inflación no se lo coma. Tú puedes decir que estás gastando más que el año pasado, pero la población no lo va a sentir, porque tu poder de compra como Gobierno también ha venido cayendo”.
 
 
¿Y el dinero de los chinos?
 
Gabriel Villamizar, economista, explicó que el financiamiento que está recibiendo el Gobierno de parte de los chinos son para compensar un poco la caída de los ingresos petroleros y llevar a cabo proyectos de inversión que ya están vinculados con empresas chinas, “por lo tanto esos fondos están comprometidos y no los puede utilizar para misiones ni gasto corrientes, sino proyectos puntuales”.

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